Un análisis detallado de las características de cada cliente para identificar sus necesidades, objetivos, expectativas, aceptación de riesgos y volatilidad, previsión de requerimiento de fondos o de nuevas aportaciones, es lo que nos determina nuestro proceso de inversión.
Conservador, moderado o decidido.
Su situación financiera y patrimonial actual.
Su tolerancia al riesgo y a la volatilidad.
Sus objetivos y expectativas de rendimiento.
Su moneda de referencia y horizonte temporal.
Sus necesidades de liquidez.
Su cultura financiera y experiencia en inversiones.
Definición de la estrategia de inversión
Determinar la exposición máxima de la cartera a las diferentes clases de activos.
Ajustar la exposición de los activos de la cartera a las condiciones del mercado.
Identificar y seleccionar los valores individuales (acciones, bonos, fondos de inversión, ETF’s,…)
Verificación y control de la ejecución de las inversiones propuestas.
Gestión de las posiciones recomendando nuevas compras, ventas o ajustes.
Análisis cuantitativo y cualitativo de la cartera, procedimientos de vigilancia y monitorización contínuo.